lunes, 30 de mayo de 2011

Chile, el FMI y el ombligo de la DC*

* Por Manuel Bastías Saavedra

Desde la salida de Dominique Strauss-Kahn de la presidencia del Fondo Monetario Internacional se ha desencadenado una de las discusiones internacionales más interesantes del último tiempo. Sobre todo considerando que existe la posibilidad cierta de dejar atrás una de las políticas internacionales más representativas de la desigualdad imperante en las organizaciones multilaterales: la sucesión del FMI. Desde su fundación hace unas seis décadas, la cabecera del FMI ha sido reservada para un europeo, mientras que la del Banco Mundial ha sido reservada para un estadounidense. Esta política fue diseñada después de la Segunda Guerra Mundial, cuando entre Europa y Estados Unidos representaban alrededor del 60% de la economía mundial. Con la entrada de nuevos actores de influencia en los mercados mundiales, como China, Brazil, India y Sudáfrica, este lugar común se ha visto lentamente erosionado.

La semana pasada, China saltó a la palestra pidiendo el asiento que dejó DSK para un país emergente. Pronto siguieron Brasil, India y Turquía presentando sus propios candidatos. Lo realmente sorprendente ha sido la petición de la Democracia Cristiana chilena al gobierno chileno para apoyar la candidatura de Alejandro Foxley. La propuesta muestra, por lo menos, la autocomplacencia y sectarismo que domina la política chilena –los demás partidos entran por su omisión del debate. Sin embargo, el problema más grave que revela la insólita propuesta de la DC es la escasa reflexión estratégica que existe en Chile sobre la posición política chilena para contribuir al desarrollo y la democratización de los organismos multilaterales.

Como se ha venido viendo a lo largo de la semana, la batalla por el sucesor será un problema de diplomacia. Como señaló el diario El País de España, “Europa habló alto y claro: defendió de forma unánime, desde las instituciones europeas y prácticamente desde cada uno de los Gobiernos, la candidatura europea”. Sin embargo, “los emergentes siguen sin hablar con una sola voz y los candidatos al FMI aparecen a ráfagas, procedentes de casi una veintena de países cuando apenas han pasado cinco días desde la detención de Strauss-Kahn.” En esto Europa tiene ventaja al manejar desde ya varias décadas políticas comunes, y poseer instituciones y procedimientos para acercar las posiciones entre países. Los países emergentes en cambio no poseen alianzas formales, ni pautas de desarrollo común. Sin embargo, tienen en común la exclusión fáctica de la cabecera de organismos multilaterales importantes como el FMI. Además de ser inherentemente racista, la política de sucesión del FMI refleja distribuciones de poder que han quedado obsoletos.

Una política internacional inteligente desde Chile sería por lo tanto, en vez de presentar un candidato propio y contribuir al debilitamiento de la posición de los países emergentes, contribuir a democratizar los procesos de selección de la dirección del FMI. El trabajo del gobierno chileno pues debe ser diplomático y debe encaminarse a conversar con los gobiernos latinoamericanos, donde existen políticas comunes y procedimientos para acercar posiciones (UNASUR, MERCOSUR, OEA), para definir la postura del continente frente a la situación. En este sentido, la postura latinoamericana debiera encaminarse a apoyar alguno de los candidatos asiáticos (India o Singapur), que en este momento poseen las mejores oportunidades y para los cuales existen los mejores argumentos. Esto, si bien no necesariamente favorecerá los intereses chilenos, tendrá el impacto de sentar un precedente y obligará a los europeos –y posteriormente a los estadounidenses en el Banco Mundial– a encaminar la discusión sobre procedimientos de designación y selección de candidatos. La política internacional chilena debe por lo tanto comenzar a dejar de mirarse el ombligo y pensar en el largo plazo del desarrollo de las instituciones multilaterales. Avanzando en la democratización de los mecanismos de selección de las cúpulas de órganos como el FMI permitirá que, quizá en el mediano plazo, exista la posibilidad que un representante de un país pequeño, en el extremo sur del mundo, ocupe la presidencia de un organismo con peso global.

martes, 24 de mayo de 2011

De la ultraizquierda a la ultra riqueza*

* Por Javier Pinedo

La ultraizquierda de los años 60 en Chile tuvo gran importancia política por su presencia en las calles, sindicatos y universidades, y también por los enormes errores cometidos al pensar que en el país se podría llegar con facilidad a una sociedad socialista por la vía armada. O, de acusar a Eduardo Frei Montalva de “fascista”. O, de quitarle el apoyo a Salvador Allende por “reformista”, lo que contribuyó a precipitar el golpe de 1973. Errores.

Sin embargo, si esa ultraizquierda tuvo mucha presencia política, desde el punto de vista de las ideas, prácticamente no existe, y no hay textos o documentos en los que se analice la realidad del país más allá de ciertos lugares comunes y de soluciones ingenuamente utópicas, avaladas por abundantes citas de los clásicos del marxismo.

Estos errores de cálculo llevaron a muchos a la muerte. Jóvenes crédulos y confiados en líderes carismáticos de familias de clase media alta, con buenas palabras y algunas acciones audaces, que los llevaron a la muerte. Otros escaparon, otros prefirieron callar. Uno más pillo, de apellido Marambio, continuó la lucha pero en otros frentes menos románticos y justicieros y más provechosos para el bolsillo propio, llegando a levantar una fortuna más alta de lo normal. Un ex guerrillero, medio matón y poco leído, pero con la astucia del vivo chileno que dice una cosa y hace otra, y que se cree inteligente porque siempre sale ganando. Como por ejemplo, al salir arrancando justo en el momento en que se debe, porque un soldado “vivo” siempre es mejor que uno muerto.

Y así se llega a levantar una gigantesca fortuna a costa de otros más ingenuos que creen que hacer negocios con él, es la mejor manera de construir al socialismo. Pero, esto no tiene importancia si no hubieran muertos entre medio. O, una vez más, desastres políticos, como al usar ese dinero para apoyar al hijo de otro líder ultraizquierdista gracias a quién la centroizquierdas en Chile perdió las elecciones presidenciales el 17 de Enero de 2010.

Lo que no impidió que la noche del 13 de diciembre del 2009, cuando se pasó a la segunda vuelta, MEO y su apoyador Marambio, pasaron la derrota con canapés de caviar, según se informó en la prensa.

Todo un estilo, ir por la vida creando desastres, pero con la cara llena de risa.

Y ahora que Marambio ha sido condenado a 20 años en la Cuba de sus amores, declara muy suelto muy cuerpo que en ese país “no hay Estado de derecho”. Ahora.

Una vez Pinochet declaró que él con el Presidente Allende nunca había tenido “ni un sí ni un no”. Apenas lo bombardeó. Qué nombre ponerle es esta actitud común. ¿Deslealtad? ¿Frescura? ¿Farsa permanente?

Pero, nada de esto tendría la menor importancia si no hubiera muertos entre medio. O la imagen, otra vez, de un chileno vivillo, que se las sabe todas, mientras deja detrás de sí el contagioso perfume de la pestilencia. Total, me da igual, para eso tengo helicóptero, pensará él muy seguro de sí mismo. Y no sólo helicóptero, pensamos nosotros.

lunes, 16 de mayo de 2011

Necesitaba techo en el centro capitalino*

*Por Judith Gelke

Había acariciado la idea de arrendar un pequeño departamento amoblado, pero el nivel de precios me convenció rápidamente de optar por una pieza. Para encontrar dicho objeto de arrendamiento recorrí, a lo largo de tres días, diversos departamentos y casas de la ciudad. Las sensaciones multisensoriales que me esperaban en los hogares visitados excedieron en buena medida lo que había imaginado. Dicho sea de paso, estamos hablando de Santiago centro y de $ 120.000 mensuales.

»En esta casa ahorramos« dijo, mientras vertía agua de una pequeña taza en un vaso metálico. » ¿Para qué vamos a calentar más agua de la que necesitamos para preparar un cafecito?« La dueña de la casa, de avanzada edad y no menos astuta que arrugada, continuó explicando el reglamento interno. Uso de cocina, bueno, pero sólo muy ocasionalmente, preferiría hombres en la casa, ya que las niñas se peleaban a cada rato por la ropa interior(!), ¿visita? – por favor, no. Tampoco habría sido posible invitar a alguien, dado que la pieza medía aprox. unos cinco oscuros m2 y el único espacio desocupado era el clóset. Otro momento estelar se produjo cuando me presentó la cuerda de la ropa –tres metros para cinco personas– y un aparatito que ingenuamente había tomado por una radio. La cosa se desenmascaró como un dispositivo tecnológico de punta: un televisor blanco y negro, pantalla 10x10 cm, supuestamente de la edad media.

Siguieron dos casas, mejor dicho, chabolas amplias en estado ruinoso, mismo precio. La falta de luz, el olor penetrante y la completa ausencia de limpieza en la primera ruina me hicieron recordar una osera que alguna vez había visto en un documental. La “pieza amoblada” estaba vacía, si no contamos la mugre y el moho que adornaban su interior. Saliendo de la oscuridad total del living, quedé impresionada con la luminosidad dolorosa del “patio de luz” que representaba el único lugar naturalmente iluminado de este piso. El estado del baño y la cocina: chocante. Mi cerebro se esforzaba locamente por crear coherencia y me señaló buscar con la mirada los cultivos de cáñamo que habrían armonizado perfectamente con el ambiente. El interior de la segunda barraca estaba totalmente en ruina, lleno de escombros con paredes semidestruidas y, para variar, carecía de muebles. El ambiente de la casa era tan inquietante que me dieron ganas de arrancar corriendo.

El “Premio a la Creatividad” en la categoría “Baño” pudo ser otorgado a dos partes: en un primer caso, los dueños de una mansión tremendamente linda ofrecieron una pieza en una pequeña ampliación significativamente menos espectacular. Habían instalado el wáter dentro de la cabina de ducha junto con un pequeñito lavamanos, es decir, que semejante instalación permitía ducharse, cepillarse los dientes e ir al baño simultáneamente – eficiente, ¡sin duda! Fuera de la ducha, dónde, por lo general, se encuentra el lavabo, se había colocado un viejo hornillo, suficientemente oxidado como para alegrar el corazón de cualquier chatarrero. Directamente delante de la pieza, que tenía entrada independiente desde el patio, vivía el perro de la propiedad, tamaño vaca, que ladraba de forma atemorizante a unos dos metros de distancia de la almohada. En la segunda candidatura susceptible de ser premiada, el baño estaba directamente ubicado dentro de la pieza. Aquí, “directamente” quiere decir literalmente eso, ¡directamente! La separación de la ducha y el wáter del resto de la habitación fue únicamente óptica (y ni siquiera) y se logró a través de la hábil colocación de una delgadísima pared plástica semitransparente. Además, el cuarto estaba amoblado con colchones que deben haber sobrado de alguna ambulancia de la Segunda Guerra Mundial.

Cuando finalmente llamo a la puerta de mi nuevo domicilio, el dueño abre y me ve con mi maletón y el mochilazo de trekking y me pregunta si eso es todo. Pienso que debe estar bromeando, sin embargo, sus facciones reflejan seriedad. Me pregunta dónde tengo mi cama. Después de un momento de perplejidad total, le explico que viajar con armadura de cama desde Alemania en el avión resulta algo incómodo, y le recuerdo gentilmente su promesa de hace tres días atrás, de amoblar la “pieza amoblada” (vacía) que quería arrendar. Al final, todo se resolvió, ahora convivimos contentos y la gata de la casa me pide su ración de comida por las mañanas.

Hace un par de años, el Gobierno de Chile realizó una campaña publicitaria bajo el lema »Chile sorprende siempre«. Desde mi punto de vista, uno de los slogans más pertinentes de la historia de la publicidad.