lunes, 8 de agosto de 2011

Harina y afrecho

*Por Daniel Casanova

Debemos al movimiento estudiantil la conciencia de que está en la esencia del sistema de enseñanza chileno, la producción de una rigurosa segmentación de la calidad según el nivel socio económico de las familias. Esto es una verdad rotundamente empírica, determinante de todos los restantes aspectos de la educación y que sólo se puede solucionar mediante un radical cambio en el sistema, que elimine las raíces de la segmentación. De esta manera, los estudiantes están apuntando al fin al corazón del problema: el lucro, la selección de estudiantes y el "apartheid educativo".

Frente a lo anterior, palidecen y hasta aparecen como ridículas, todas las preocupaciones e iniciativas anteriores de los expertos universitarios y los "policy makers". Que diáfana resulta hoy la fatuidad imbécil de los semáforos, de una hora de historia menos y una de matemática más, la carta de compromiso que mandó el ex ministro a los padres instando a que los papás se preocupen de que los niños vean menos TV y estudien más. ¡¡Que ñoñería gigante son los liceos de excelencia!!

Pero no sólo eso. Cuán extraviadas aparecen ahora las tendencias y discusiones académicas frecuentes en educación: las teorías de la construcción curricular, el constructivismo radical, el aprender a aprender, el profesor facilitador, la informática educativa y la gestión del conocimiento, las competencias, la formación inicial de profesores, la formación en valores, la innovación educativa de aula y cuánto neocatecismo pedagógico que buscó sus 15 minutos de fama y un púlpito desde dónde hacer gárgaras.

Lo común a todas estas ideologías fue levantar una cabeza de turco como gran explicación de los males de la educación, que les permitiese autoproclamar su relevancia. Han cumplido todos estos años con la triste función de desviar la atención hacia aspectos que quizás pueden relevarse en otro contexto, pero que en éste mundo real, aquél contra el que luchan los estudiantes, importan apenas accesoriamente. Todos caímos en la trampa, pero la realidad les está pasando por encima. ¿O alguien le cabe duda que, se haga lo que hagas en, -digamos-, la formación inicial de profesores, en este sistema se segmentará a los peores para que le hagan clases a los más pobres?

Los estudiantes han llegado al núcleo; y una vez que se llega allí estamos en la necesidad de reinvención del mundo; en el todo o nada. Si los estudiantes no aflojan la presión por el desgaste, las elites están ante un zapato chino; tanto las que están el gobierno como las que no.

Se acerca la hora de la tristeza: las elites dicen "harina" pero los estudiantes saben que es "afrecho".

Todo indica que los estudiantes pondrán el pecho, como ya lo pronosticó Violeta Parra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MA-GIS-TRAL
Esto debe desarrollarlo el autor, pues las amenazas del pedagogismo y el mistralismo (ignorante de la Mistral) se actualizarán en el crucial momento de capitalizar el movimiento. Para un comienzo sugiero enviárselo a mmakari@elmostrador.cl (seguro lo publicará)

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